TEORIA DE LA RELATIVIDAD
(Espacio y tiempo son relativos al estado
de movimiento
del observador)
Los kilómetros son relativos,
260 kilómetros
y dos horas y cincuenta y tres minutos,
un espacio diminuto en un mapa de colores
colocado sobre una mesa de cristal que nunca he abarcado.
Todo es relativo.
¿Y mi piel?
¿Y mis huesos?
¿Y mi estómago que se retuerce sin duda alguna
y no relativamente dolorido
ante la distancia que pretenden
colocar entre nosotros?
¿Cuál será la fórmula
para modificar la estrangulación aguda de mis entrañas
y que esto deje de ser una variable universal en mi existencia?
¿Cómo hacer que interactuen tu cuerpo
y mi cuerpo
en longitudes y latitudes paralelas de un plano sin sentido?
¿ Quizás Einstein pudo encontrar la forma
de acelerar proporcionalmente dos besos de buenas noches
entre unos labios que deseaban encontrarse a todas horas?
No ceso de preguntarme, busco en los libros
si dos cuerpos que se devoran
pueden continuar enlazando sus campos gravitatorios
aún en la lejanía.
Tarea imposible.
No me mires, no lo se,
solo escribo poemas, algunos mediocres,
no soy científico.
Está claro. Tendremos que prescindir de fórmulas,
querernos en términos absolutos
y dejar para Albert los grandes misterios
de la vida.
Dejemos para Albert los grandes misteros, pero los otros conservemoslos en nuestro interior. Precioso, sin relativizar. Un saludo
ResponderEliminarMuchísimas gracias y ¿Quién sabe si, al final, el secreto de todo está en nuestro interior? Un abrazo.
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