CUANDO NO TE QUEDA NADA
Oleo de Roman Fedosenko. |
Perdida la esperanza,
cuando no te queda nada,
perdida la fe en la justicia
-Divina y humana-
hundida la cabeza,
ahogándote en un mar de lágrimas.
Cuando el único recurso,
para mantenerte a flote,
es concentrarte en el goteo
-rítmico-
de la sal entre los dedos
de tus manos agarradas a una tabla.
Cuando no te queda nada
para afrontar el mañana.
Entonces,
cuando no te queda nada,
-aún entonces-
luchas contra el envite
de esa mar cabrona y salada.
Porque cuando no te queda nada
aun tienes aliento
para gritar desesperada:
“¡te jodes vida aun sigo aquí!”
y seguir dando
-siempre-
una última brazada.
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