Pequeñas historias de amor.
Ilustración de Silvia Álvarez |
Estrellas
fugaces prendidas en tu pelo y lágrimas a oscuras en tus mejillas. En un balcón, con la brisa de la noche acariciando tu
piel desnuda, nos susurramos nuestros secretos esperando que el silencio del
otro nos cure las cicatrices aun húmedas. Yo te cuento pequeñas historias de amor y tú lloras en silencio tu pena esperando que
el siguiente relato sea el definitivo. Oigo tu respiración entrecortada mientras miras las
estrellas y te preguntas cómo puede ser que el mundo siga girando. No digo nada por aliviar tu
pena, solo sigo leyendo.... A veces el silencio es la mayor muestra de amor y
respeto que puede regalarse a alguien. Se acaban los relatos y nos vamos juntos
a la cama sin casi mirarnos. Nos dormimos abrazados, tu brazo rodeando mi
cintura y mi mano cogiendo fuerte la tuya. Mañana el mundo seguirá girando para los dos.
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