UN DÍA GRIS
Lienzo de Afremov |
Te escuché hablar sobre días grises
y
lágrimas derramadas
en la
soledad de tu cocina.
Divagaste
sobre tiempos difíciles
y no
conseguiste endulzar tu sonrisa
mientras
dibujabas con tus manos
bizcochos
de canela y limón
sobre las
nubes plomizas que adornaban tu encimera.
Escondiste
tu pena
(porque
así eres tú)
tras una
máscara glaseada
de azúcar
escarchado
para
poder sobrellevar el peso de la vida.
Y aquella
tarde te conté que existen
chubasqueros
de colores
y botas
de goma para saltar en el agua
y te
invité a correr bajo la lluvia
conmigo.
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