TRÉBOLES DE CUATRO HOJAS
Tropezarse entre los tréboles
es cosa fácil cuando vas corriendo por la pradera
sin miedo,
como una loca con el pelo al viento,
sin mirar las pequeñas piedras
ocultas entre la hierba.
Tropezar y caerse al suelo para rodar
sin parar,
quedarse tumbado boca abajo
atisbando entre las margaritas
fragantes
los pequeños secretos de la vida
ocultos a ras del suelo.
Hace tiempo que me he empeñado en
volver a mirar
de verdad
volver a mirar entre la hierba antes
de mirar al cielo
y quedarme deslumbrada por lo
grandioso del universo.
Hace tiempo que he vuelto a buscar
tréboles de cuatro hojas
y a guardarlos como una ladrona
entre las páginas de mis libros
polvorientos.
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