Un blog de poesía sencilla y otras cosas para todos aquellos a los que les guste apoyarse, al menos una vez al día, en el alféizar de una ventana a ver pasar la vida.

UNA VEZ MÁS






Hoy tengo todos los miedos
agarrados a mi pelo.
Me arrastro pegada al suelo
adentrándome
en el vendaval que azota mi cuerpo.
En dirección opuesta,
siempre en dirección opuesta
a la herida.
Vivo cada día
intentando avanzar en dirección opuesta
y me falta el aliento.
Hoy, otra vez,
no he podido seguir buscando
sentido a la vida.
Pero soy yo.
Una vez más,
solo inténtalo una vez más.
Y aunque duele tanto tropiezo
y mi piel me grita que pare
sigo balanceándome,
corriendo sin sentido
hacia una meta incierta.
La piel también se acostumbra al dolor
si se siente cada día.

ELLA II


Como la hojarasca revuelta
por el viento que avanza
en remolinos.
Un poco desastre,
un poco caricia,
limpiando con caos
el entorno que la rodea.
Ella es así,
sin límites ni bifurcaciones
que la detengan.
Sin lugar ni tiempo para el vacío.
Intensa.

ELLA


Hoy es un mal día,
me miro y no comprendo,
no se a quién veo.
Ahí mis ojos,
ahí mi boca,
ahí mi cuello...
Me sorprendo
extiendo mi mano
la veo
mi piel sigue sujetando la carne, los huesos...
Y me pregunto cómo.
¿Cómo he podido ir dejando pedazos de mi sobre el suelo?
Palabras líquidas
ensucian mi pecho.
¿Cómo puedo desangrarme poco a poco
de forma invisible para ese espejo?
Miro de nuevo y comprendo...
Veo cada región de ese cuerpo
devastada,
convertida en pedazos,
ardiendo.
Ahí sus ojos,
ahí su boca,
ahí su cuello...
Su carne, sus huesos...
Quiero borrarla, no la quiero.
Aparto la vista, la vida continua,

a lo lejos ladra un perro...

COMO SI NO PASARA NADA





Me desnudé de nuevo
para mostrar la hermosura que vive en mi cuerpo,
de un dorado perfecto
esplendida mi alma,
explosión de luz y belleza
inundando el cuarto.
Todo sentido.
Un milagro rebelándose intenso
como el sol cálido y fascinante.
Y de nuevo escondí aquel regalo,
aquel hallazgo,
como si no pasara nada……..
Cubrí mi rostro con una máscara como si no pasara nada…..
Escondí mi voz y mi cuerpo como si no pasara nada…..
Como quien no quiere la cosa.
Dentro sol y fuera cenizas.
Y lloro.
Por eso escribo,
porque quemo cuando hablo.
Sobre los corazones fabrico heridas.
Como si no pasara nada
me escondo de nuevo.


MI PRECIO



Y ahora que soy libre
de pronto el suelo
se ha convertido en suelo
y la lluvia es agua
que se desliza por las ventanas;
ya no brilla el sol a medianoche
y la oscuridad permanece
entre las farolas.
No se si estoy despierta o dormida.
Miro mis brazos
y la piel cubre mi carne
que antes adornaba el espíritu
desprotegido.
Estoy sana.
Definitivamente, para escribir poesía
tienes que morir de tristeza.




A todas las zorras.





SIN METÁFORAS


Quisiera contarte, de una forma sencilla,
por qué soy una zorra,
por qué estoy de vuelta
y ya no me sonrojo
ni desaparezco bajo un manto negro
cuando me señalan con el dedo.

Podría explicarte cómo salía de la sala
invicta,
poderosa,
con la fuerza del animal salvaje
que habita en mis venas.

Cómo caminaba con la cabeza alta,

                             ¡Siempre alta nena! -me decía mi madre-

y, en un momento, me quedaba a ras del suelo
retorciendo un mechón entre mis dedos
como cuando era chiquita.

Cómo los susurros roncos
reptaban por los pasillos,
esos pasillos que conceden oscuridad
y esquinas suficientes a los cobardes,
deslizándose hasta mis oídos
para envenenarlos.

A ti podría explicarte: no era una zorra 
¡joder!,
solo era mejor que las corbatas
que invadían mis sueños.
  
Ahora, 
cuando por cansancio he decido vivir sin miedo,
cuando no me conformo con poco.
Ahora,
cuando soy una zorra
¡Qué tengan cuidado con mis dientes!

Zorra, puta y guarra.
Astuta, libre e inteligente.

                           ¡Siempre alta nena!-me decía mi madre-

Te lo cuento porque estoy de vuelta,
aún sin haber ido…….



A cuatro manos y dos cabezas.....




NUESTRO MUNDO

Anochece,
dibujo dinosaurios luminosos
con mi pincel sobre el techo.
Los pterodáctilos vuelan
y acechan los megalodones
en el fondo de tu vaso.
Recordamos cuando entrenábamos gorgosaurus
y montábamos sobre velociraptores
mientras los procoptodones
saltaban entre nosotros.
Somos ligeros como plumas
y flotamos sobre la cama.
Nos reímos del miedo en su cara.
¿Sabes?
Nuestra habitación es increíble
y puedes soñar lo que tú quieras.